sábado, 31 de marzo de 2012

El peligro de las aplicaciones de mantenimiento


Hay cierto mercado de aplicaciones para Mac que no deja de crecer: el de las aplicaciones de mantenimiento. Puede parecer algo bueno a simple vista, pero la mayoría intentan captar a los usuarios que vienen de Windows y siguen intentando hacer las cosas como en Windows. Y de allí llegan las aplicaciones de mantenimiento, imprescindibles en Windows e inútiles y peligrosas en Mac OS X.

Muchas de ellas sólo fuerzan la ejecución de ciertas tareas de mantenimiento que realiza el sistema automáticamente. Es decir, muchas de ellas cobran 10, 20 o 30€ por ejecutar un comando que puedes ejecutar tu mismo, abriendo el Terminal y escribiendo "sudo daily weekly monthly". Pulsas enter, escribes tu contraseña de administrador y te acabas de ahorrar un dinerillo. Esto es completamente inocuo. De hecho, son tareas que realiza el sistema a diario, una vez a la semana, y una vez al mes, respectivamente. Así que forzar su ejecución, salvo casos muy específicos, no produce efecto alguno, ni para bien ni para mal. Es por esto, que esas aplicaciones no son tan peligrosas. Las peores son las que incluyen sus propias tareas de mantenimiento.

Y aquí llegamos a una de las aplicaciones que más odio, Clean my Mac. Incluye una serie de opciones, sin avisar en ningún momento de la función y el riesgo de cada una, que difícilmente pueden hacer que la velocidad de tu Mac mejore, pero que tienen una facilidad tremenda para inutilizar toda clase de aplicaciones, teniendo que volver a instalarlas, o incluso impedir que el sistema vuelva a arrancar.



Lo cierto es que, a efectos prácticos, el sistema no necesita ninguna aplicación de terceros para mantenerse perfectamente estable. Como mucho, una vez al mes, o al año, abrir la Utilidad de Discos, seleccionar el disco del sistema (Macintosh HD) y pulsar el botón "Reparar disco", que reparará, si es que se han dañado, los permisos del disco. Es inocuo totalmente, muchas veces inútil, pero en algunas ocasiones funciona, y es, a día de hoy, la única tarea de mantenimiento que realmente puede resultar útil.

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